Con bastante retraso en relación a otras comunidades de Cuba y al resto del mundo, fue instalada una red wifi en el parque de Jaimanitas. A pesar de la lenta conectividad del servicio, su llegada ha modificado de alguna manera la vida del pueblo.
“La gente ya no tiene que trasladarse a sitios lejanos de la ciudad que poseen puntos wifi para conectarse con sus familiares radicados en el extranjero”, explica Alexis, un joven del barrio que presume ser ducho en la tecnología digital.
“Hay que reconocer que la conexión es agobiante por el poco ancho de banda, la débil potencia y la cantidad de internautas que intentan conectarse a la vez. Es como una calle estrecha y llena de baches, con muchos autos circulando en los dos sentidos, como un embotellamiento. Ayer, por ejemplo, pude engancharme, pero solo pude entrar al correo y a los sitios web de Granma y Juventud Rebelde. Me desconecté rápido, porque para eso compro el periódico en el estanquillo y de ahí lo llevo al baño.”
Me cuenta el joven que el primer día de instalada la caja receptora, se la robaron del poste.
“La policía está investigando, pero muy poco saben del suceso. Al otro día pusieron otra caja y también alumbraron el parque que, desde hacía años, estaba oscuro como una boca de lobo. Allí está el ‘nano’, que es como el distribuidor”, dice señalando una torre de metal elevada sobre viejos tejados, con el dispositivo brillando bajo el sol, más subido de altura, tal vez previendo otro hecho delictivo.
El parque de Jaimanitas ha cobrado vida desde la instalación de la red. Han colocado bancos de hierro y ya apareció el mercado subrepticio de tarjetas wifi, de internet y de recarga telefónica. Se comenta que en un futuro cercano van a reparar los juegos de recreo para niños, que desde hace tiempo están destartalados.
Otro joven asiduo a los puntos wifi es Rogelio, un personaje muy popular entre los wifeños, por poseer aplicaciones nuevas que comparte con sus amigos.
“Estamos intentando crear un equipo para protegernos, colaborar entre nosotros y estar actualizados. Alexis vendría a ser como el capitán; ya de niño lo llamábamos ‘el rey de la Play Station’ porque es un genio. Lo mismo pasa con Adolfito, Reynaldo, ‘el Yuri’ y ‘el Pipa’. Antes, para conectarnos teníamos que ir a la marina Hemingway, o al centro de negocios Miramar. Ahora, con la wifi en casa, hemos progresado un montón.”
La conexión wifi, sin embargo, continúa resultando asfixiante luego de la primera semana de instalada. Según Adrián, especialista, miembro del club de computación de Jaimanitas, “la velocidad es de 35 kilobytes en las horas de mayor demanda. Además, se ve limitada por muchos filtros que la entorpecen. El Imo continúa siendo la opción más utilizada por los internautas”.
Los negocios particulares alrededor del parque han florecido. Las dos cafeterías de comida rápida y una heladería siempre están llenas de clientes, se han incrementado los vendedores de maní, de chicharrones, de caramelo ‘tira y jala’, de confituras…
“Ahora tenemos más trabajo”, dice René, empleado de la empresa servicios comunales de municipio Playa, encargado de la limpieza del parque. “Es mucha la basura que dejan estos muchachos porque todos fuman, comen, beben, y aunque han colocado cestos, muy pocos echan los desperdicios dentro.”
Si bien un día después del robo de la caja wifi, una brigada de la empresa eléctrica colocó dos postes de madera con bombillos, Alexis asegura que el primer ciclón que pase los tumba.
La llegada de la wifi a Jaimanitas fue, sin duda, el acontecimiento más importante del 2017 en el pueblo. En 2016, lo fue el fallecimiento de uno de sus vecinos y líder cubano, el comandante en jefe Fidel Castro. Del 2015, el hecho más recordado fue un rabo de nube que el 11 de junio a las seis de la tarde apareció de la nada con terribles vientos, lluvia de granizo y descargas eléctricas. Toda Jaimanitas se vio aterrorizada. Aquel tornado atravesó de norte a sur el parque donde está instalada ahora la wifi. Quién sabe qué pasara en un futuro.
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