Los damnificados de un derrumbe solicitan que los saquen de la comunidad de tránsito a la que fueron hace mucho tiempo trasladados. Las causas, sin más, son las malas condiciones habitacionales y la falta de higiene que posee el lugar.
El albergue, que en su momento fue una empresa del café, se encuentra ubicado en la calle Lindero No125, entre el Pasaje Manglar y Santa Martha, municipio Centro Habana. Sus instalaciones se asemejan a las de una casa del asco y la degeneración: en el lugar no hay electricidad, cuando llueve las aguas negras inundan los pasillos porque la fosa está saturada, parte de las habitaciones tienen el techo a poca altura y obligan a caminar con la cabeza baja, y no hay cisterna para almacenar el agua potable, lo que exige a sus moradores buscar y cargar el agua en cubos de manera regular.
“Nosotros vivíamos en la calle Belazcoain nro. 211, pero el edificio se derrumbó en el 2013 y estuvimos en la calle por varios días”, cuenta Bernardo Calviño Bayola, uno de los damnificados.
“Por allí pasaban a cada rato las Damas de Blanco, y para evitar un problema político con estas mujeres, nos trajeron rápidamente para acá, con la promesa de sacarnos pronto”.
Según Bernardo, han pasado los años y la llamada Unidad Municipal de Atención Comunidades de Transito de Centro Habana (UMACT) no quiere atenderlos ni saber de ellos.
“Hemos escrito a la Fiscalía General de la República, al Consejo de Estado, al Tribunal Supremo, incluso al mismísimo presidente Raúl Castro, pero nadie nos hace caso. Hasta el periódico Granma se negó a publicar una carta en la que pedíamos ayuda… entonces ¿qué nos queda por hacer?.”
Otro damnificado, Julio Molina Rojas, explica que la UMACT solo concede viviendas por escalafón.
“Para que te den una casa tienes que ser militante del Partido Comunista, funcionario del Ministerio del Interior o miembro de las Fuerzas Armadas. Si no lo eres, directamente no eres nada, así que el mensaje es: ponte en la cola y espera a morirte, porque no se va a resolver nada”.
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