Imaginemos por un instante qué sería de Cuba si a los norteamericanos se les ocurriera construir un túnel submarino desde La Florida.
La idea no sería descabellada. Túneles de ese tipo hay muchos. En la actualidad, el construido en Zúrich, con 57 kilómetros de longitud y 2300 metros bajo los Alpes suizos, considerado como ¨la construcción del siglo¨, relegó al más largo del mundo, al norte de Japón.
Como dicen que los sueños se cumplen y que atender los descubrimientos arqueológicos nos conduce a la verdad de la Historia, un túnel para llegar hasta Miami -a pie, en auto, moto o bicicleta- ha sido el sueño de cientos de miles de cubanos. Nada difícil de lograr en algunos años gracias al avance de las técnicas de construcción del mundo desarrollado.
Nuestro futuro túnel, que ni muerto aprobaría hoy Fidel Castro pese a su potencial necesidad, tendría desde la Isla unos 145 km. de extensión al unirse a Cayo Hueso, el primero de los cayos de La Florida. Sería un túnel que nos evitaría revoluciones terroristas o más muertes de cubanos deseosos de llegar a los cayos estadounidenses en embarcaciones muy precarias.
Si el túnel -o tal vez un simple puente sobre el mar- se construyera en un par de años, Fidel se quedaría más solo que nunca. Quizás hasta su hermano sucesor partiría avergonzado o decepcionado de los resultados logrados en más de 50 años de revolución.
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