Un domingo por la mañana hace pocas semanas, las fuerzas de seguridad detuvieron a tres personas que ofertaban carne de res por el reparto Nueva Aurora de Santiago de las Vegas, y en el momento en que varios pobladores hacían la cola para comprar su carne de fin de semana.
Los comerciantes, dos hombres y una mujer, utilizaban una camioneta en la cual había una nevera con toda la mercancía a disposición del público, y la libra de carne se vendía a dos pesos convertibles o a cincuenta pesos en moneda nacional, según la preferencia del cliente.
Una vez interrogados, las fuerzas de seguridad decomisaron la carne y multaron a los tres individuos con 500 pesos en moneda nacional. Uno de los habituales compradores, manifestó no tener dudas de que fue un “chivatazo” lo que llevó a las autoridades a realizar el operativo puesto que “esos guajiros vienen todos los meses y nunca antes habían tenido problemas. Nosotros siempre comprábamos carne, queso, yogurt y mantequilla. Tienen una finca en el Wajay y producen muchas cosas de buena calidad. Ahora pueden perder hasta la finca”.
A este respecto, el código penal cubano, Art. 240, advierte que la persona que sacrifique ganado mayor sin la respectiva y obligada autorización estatal, puede ser sancionada con hasta cinco años de privación de libertad.
Al mismo tiempo, en lo que hace al transporte o comercialización de la carne, la sanción puede llegar a ser de seis meses a dos años de condena. Por último, incluso el comprador puede llegar a ser castigado con un pena de tres meses a un año de detención, o con multas de hasta trescientos pesos, según el caso.
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