Escasez de alimentos y medicinas: viviendo el Covid-19 en Cuba

La situación económica de cada cubano (de a pie) es crítica, la mayoría afectados por bajos salarios e incluso desempleo, existen muchas personas de escasos recursos, con crítica situación de desamparo estatal y con padecimientos carentes de tratamiento.

La situación del Covid-19 en Cuba es preocupante. Aunque la mayoría de los casos están concentrados en las 3 provincias más occidentales del país (son 16), el riesgo es bastante preocupante porque a pesar de las restricciones de movimiento que han adoptado en esos lugares, la percepción del riesgo no es la adecuada y muchas personas de esos lugares logran burlar el cierre de territorio y están viajando hacia las provincias que no reportan casos de Covid, aumentando el riesgo de contagio. En los últimos veinte días, en esas tres provincias la cifra promedio de contagiados duplica los reportes de cuando se contaban los casos del país entero, oscilando un promedio de 50 casos in crescendo, llegando a reportar incluso más de 90 casos en una jornada. Afortunadamente la cifra de fallecidos aun no supera el centenar.

Altos precios y escasez de alimentos en medio de la pandemia

Y digo afortunadamente porque son inmensas las colas que tenemos que hacer a diario, para adquirir los escasos alimentos y productos que ofertan los establecimientos estatales. Casi todos los locales están militarizados y con presencia policial, listos para reprimir cualquier desorden o reclamo popular y casi a diario varias personas resultan multadas o detenidas. Ahora los dirigentes han creado una brigada de acción rápida para “organizar las colas”, pero tienen plena autoridad para reprimir incluso a golpes contra los reclamantes o creadores de desorden. Contra el sector privado y los revendedores ilegales hay una fuerte campaña represiva de tipo policial de decomisos, multas y enjuiciamiento. Es casi una cacería de brujas lo que les ha tocado.

La mayoría de los establecimientos estatales, cafeterías, quioscos, etc., están casi vacíos, muchos solo exhiben cigarros y bebidas alcohólicas. El resto de los productos son bagatelas para llenar espacio, pero de los de primera necesidad nada.

Por otro lado deben saber que la situación económica de cada cubano (de a pie) es crítica, la mayoría afectados por bajos salarios e incluso desempleo, existen muchas personas de escasos recursos, con crítica situación de desamparo estatal y con padecimientos carentes de tratamiento.

Los precios en el mercado negro aumentan por día llegando a superar en varias veces el valor anterior de cada producto. Explico con ejemplos de la provincia Granma (otras provincias reportan precios más elevados, llegando a duplicar los aquí expuestos):

Y así por el estilo. Las viandas son escasas y por lo general han triplicado su valor, una calabaza puede llegar a costar $20 pesos cubanos (€0.7) al igual que tres pepinos, cinco plátanos burros maduros hasta $10 pesos (€0.35), las frutas por el mismo camino. No hay diferencias de calidad, esto es, coge lo que hay a como cueste o jodete.

Escasez de insumos médicos y de medicamentos en plena emergencia sanitaria

En el caso de las medicinas, el desabastecimiento es extremadamente caótico, las farmacias son surtidas semanalmente con tan poca cantidad de medicamentos que casi siempre se acaban el mismo día e incluso algunas medicinas no son ni puestas a la venta, las colas son enormes y hay personas que marcan desde el día anterior y deben mantenerse en la cola toda la noche y la madrugada y muchas veces regresan a casa sin el medicamento que esperaban comprar. Los medicamentos restringidos por tratamientos especializados (para cardiacos, diabéticos, asmáticos, hipertensos, Alzheimer, etc.) son casi inexistentes.  En el mercado negro son difíciles de encontrar y los precios son astronómicos.

Ejemplo: si tomamos como referencia los blíster de 10 unidades Aspirina $10 pesos (€0.32), Dipirona $20 pesos (€0.64), Antibióticos (Cefalexina, Amoxacilina, Oxacilina) hasta $100 pesos (€3.2) por 20 unidades, cremas cutáneas $25 a $40 pesos (€0.8-€1.5) según tipo, Metocarbamol $30-$40 pesos (€0.9-€1.5). Los medicamentos restringidos son más caros.

En los centros de salud las carencias son tan graves que están reutilizando materiales e insumos desechables (dígase jeringas, agujas hipodérmicas, troquers, guantes, vasijas, etc.) mediante lavado directo y autoclave. Los servicios especializados hay que guapearlos bien duro, sino no los recibes. Es muy difícil el acceso a radiografías, yeso, vendajes, medicamentos adecuados, tratamiento especializado, sueros e incluso hay que casi fajarse para obtener un ingreso médico. La atención médica y condiciones higiénicas dejan mucho que desear, al punto que hay que estar sobornando a los galenos con “regalitos” (que salen carísimos) para poder ser atendidos con prioridad y malamente. Los medicamentos que recetan son casi por gusto porque nunca hay en las redes de farmacias.

En fin, un caos total por donde quiera que se mire.

Ya deben imaginar cómo están las autoridades, el temor a enfrentar el descontento popular es grande, la tensión es notable y la presencia militar y policial en las calles es grande. Están reclutando jóvenes de la zona rural para que pasen cursos emergentes de Policía, y le ofrecen salarios de $5.000 pesos (€160) o más y unos cuantos beneficios adicionales, según donde estén dispuestos a trabajar.

Ante esta realidad, los que llevamos la peor parte somos los que disentimos u oponemos al régimen y por tanto la represión crece día a día. Constantemente somos citados oficialmente a las unidades y amenazados de las más disimiles maneras, muchos ya enfrentan procesos judiciales por causas arbitrarias y procesos judiciales inventados.