Mujeres, más vulnerables en aislamiento social

 

Zuleidys Pérez se encuentra en el oriente de Cuba y lleva a cabo iniciativas de apoyo y empoderamiento de las mujeres de su comunidad de forma independiente.

Una gran parte del mundo está haciendo frente a la fatídica pandemia del COVID-19, que va dejando un gran saldo de muertes, y para ello los diferentes tipos de gobiernos han adoptado diferentes medidas tratando de disminuir la transmisión de este virus. El gobierno cubano no es la excepción y también ha tomado medidas, siendo una de las principales el aislamiento social. Pero estas medidas han traído como consecuencia varias problemáticas dentro de la población, sobre todo para las mujeres, que son el eje fundamental de muchas familias. Hay que tener en cuenta, además, que las mujeres cubanas siguen asumiendo los roles de género asignados culturalmente, que aún las mantienen esclavas del hombre y su poder.

Las condiciones de vida en Cuba han dado lugar a que las familias sean más numerosas, siendo común que en una misma vivienda convivan de doce a catorce personas, hijos, padres, hermanos, cuñadas, sobrinos, abuelos… En fin, esto crea una verdadera sobrepoblación en el interior de los hogares. La mujer, en su ámbito doméstico, en su diario esfuerzo por articular a la familia, es la que mayormente está siendo afectada con estas medidas. La higiene en el hogar, el cuidado y educación de niños y ancianos, todo el peso del trabajo y cuidado recae en ellas. A esto hay que sumar además el mal estado de las viviendas, la falta de alimentos, de productos de primera necesidad como jabón, detergente, pasta dental y problemas de acceso al agua potable. Problemáticas como estas son las que enfrentan las mujeres cubanas a diario.

El aislamiento social, expone a la mujer más aún, al aumento del machismo y de violencia intrafamiliar que llegan a feminicidios, los hombres permanecen más tiempo en sus hogares, el alcoholismo, los juegos, las drogas afectan esa relación de convivencia. Las mujeres viven una situación de violación constante de sus derechos fundamentales. El estado, en su ego de estar dentro de los países con menos casos de contagios por COVID-19, hace caso omiso a estos problemas. Hasta que en Cuba no exista un gobierno transparente y participativo, con democracia, respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales y, sobre todo, hasta que no existan políticas públicas donde se le dé protección a las mujeres, vamos a seguir siendo el sector más vulnerable de la población, y más aún, en tiempos de cuarentena.

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