La extraña relación entre Batista y Fidel Castro

Sólo con rastrear un poco la historia de los años ‘40 y ‘50, podemos llegar a la conclusión de que la relación que hubo entre Fulgencio Batista y Fidel Castro, no fue nada normal. Las evidencias lo confirman.

Esa relación comenzó cuando Raúl y Fidel eran niños, puesto que los poblados de Birán y Banes, pertenecientes, respectivamente, a las familias Castro y Batista, estaban muy cerca.

Fidel Castro y la Historia. Foto: Cubaraw
Fidel Castro y la Historia. Foto: Cubaraw

Existe una foto de Raúl Castro donde, con apenas dos o tres años, se lo ve en brazos de Batista. Dicha foto fue publicada en el periódico Avance y se dice que Batista fue su padrino de bautizo. Si esto fuera falso ¿por qué nuestro hoy General no lo ha desmentido?

Tampoco antes de su muerte Fidel había desmentido lo que se aseguraba en múltiples medios de prensa: que Batista fue el padrino de su boda con Mirtha Díaz Balart, hija, por cierto, de un amigo muy íntimo de Batista. Por si esto fuera poco, pareciera ser que Batista les hizo un buen regalo para su luna de miel en Estados Unidos: nada menos que mil dólares, una cantidad nada modesta para la época.

La historia es desconcertante, puesto que fue Fidel y no otro de los tantos abogados que pululaban en La Habana, quien presentó una denuncia ante los tribunales para que se sometiera a juicio a Batista. La acusación no fue otra que la de derogar, a través del golpe de estado el 10 de marzo de 1952, la tan admirada y progresista Constitución de 1940.

No hace mucho, en un artículo publicado en el periódico Granma, el periodista Pedro A. García hizo un recuento sobre lo ocurrido a partir de ese día. Señala que se multiplicaron los crímenes y ofrece la lista de las víctimas más relevantes, asesinadas en manos de la policía. Me pregunto entonces ¿por qué Batista no se decidió nunca a desaparecer del mapa a Fidel Castro, teniendo todo a su favor para lograrlo?

Otros hechos, contados y repetidos, que los historiadores oficialistas cubanos no pudieron (o no debieron) pasar por alto, revelan por sí mismos que la relación entren los hermanos Castro y Batista fue más fuerte de lo que siempre hemos imaginado.

¿Cómo se entiende que Batista le haya proporcionado a Fidel una prisión con grandes privilegios -confesado por el propio reo en sus cartas-, y que encima, le impartiera órdenes a sus oficiales para que ¨nada le ocurriera a ese muchacho¨?

¿Cómo se entiende que Batista le otorgara a Fidel una amnistía que lo dejara en libertad a los pocos meses, para que pudiera escapar de Cuba a través del Aeropuerto Nacional como un civil más entre muchos otros?

Como argumento para abandonar el poder, Batista alegó que no quería que se continuara derramando más sangre cubana. Su ejército se componía de más de 700 mil hombres bien armados, una cantidad que resultaba imposible de vencer con el puñado de guerrilleros con el que contaba Fidel. Los números afirman que hubiera podido ganar muy fácilmente.

¿No resulta evidente, entonces, que Fulgencio Batista -con su exilio o fuga, como prefiera llamarse- le pudo ceder el poder al hijo de su amigo y compadre Ángel Castro?

Misterios del alma humana que quizás alguna vez puedan ser develados.

Y algo más: Fidel fusiló a miles de militares fieles a Batista; a cientos de ellos los mantuvo en prisión durante décadas. ¿No llama la atención que, en venganza, Batista jamás haya intentado dar muerte a Fidel, y que tampoco el nuevo dictador, con tanto poder a su favor, haya dado muerte a Batista durante su larga estancia en el balneario español de Marbella o más tarde en la Florida americana?

Sin más, creo que estamos ante una relación digna de profundo estudio psicológico e histórico.

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