El difunto colega Luis Báez, autor de varios libros, entre ellos Secretos de Generales (1997), no se equivocó para nada cuando dijo que los acontecimientos que se narran, son los que no se olvidan. En aquella oportunidad se refería a la vida del General de Brigada Juan Escalona Reguera, a quien incluyó en su famoso libro.
Varios años después de dicha publicación, Escalona cayó en desgracia. El Consejo de Estado, por recomendación de su presidente y previa consulta con el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista, acordó destituirlo de su cargo de Fiscal General de la República. Al final de la nota oficial emitida el 24 de marzo de 2010, se dice simplemente que ¨a Escalona se le asignarán otras funciones en la Secretaría del Consejo de Estado¨. Aparentemente, la realidad era otra.
Puede que algunos no lo sepan, pero este dirigente histórico, gran amigo de Raúl Castro, fue fiel colaborador de Frank País y de Nilsa Espín en Santiago de Cuba, y sólo sintió de lejos los tiros del ataque al Moncada en 1953. Al mismo tiempo, es el hombre que pasará a la historia por su implacable intervención en el juicio contra Arnaldo Ochoa y otros oficiales fusilados en 1989. También será recordado como aquel que mantuvo una guerra feroz contra el Movimiento de Derechos Humanos de Cuba, compuesto por opositores pacíficos y periodistas independientes a quienes llamó “delincuentes a las órdenes de los Estados Unidos”.
En una entrevista que Escalona ofreció en Uruguay al diario ABC en 2004, le preguntaron por el periodista y poeta cubano Raúl Rivero, firmante en 1991 de la Carta de los Intelectuales en la que se solicitaba al presidente Fidel Castro la liberación de los presos de conciencia, y fundador de la agencia de noticias Cuba Press en 2005. Fue en esa entrevista donde Escalona demostró su incapacidad para evadir la verdad y mentir de forma por demás ridícula y desacreditadora. Aun cuando se sabe que Rivero recibió en 2004 el premio Guillermo Cano de Libertad de Prensa, el General llegó a decir que no existía ningún premio de la UNESCO para el periodista y, sin saber qué más responder, le dio la espalda al entrevistador uruguayo.
La triste historia de este viejo comunista que fue Ministro, Presidente de la Asamblea del Poder Popular, Oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Fiscal General de la República, está bien contada en la entrevista realizada por Báez en 1996. Posteriormente, la misma fue publicada en el periódico Granma el 6 de agosto de 2007 bajo el título de Sin faltar un día. En ella, resulta fácil descubrir a un hombre brusco y áspero, como dicen los que lo trataron en la intimidad.
Ha pasado el tiempo y los chismes de Radio Bemba (institución extraoficial, basada en el rumor de informaciones y datos de todo tipo) no cesan de mencionar que una historia turbia y misteriosa rodea al viejo general, del cual por mucho tiempo no se ha dicho nada en la prensa oficial.
Luego de su destitución, su nombre no ha vuelto a salir en los medios de comunicación y la gente se pregunta entonces si es cierto que él y su familia pensaban abandonar el país, y si estuvieron involucrados, junto a otros altos dirigentes del gobierno, en un acto de corrupción. La aparición de unas cuentas millonarias en el extranjero probablemente lo prueben.
Cierto o no, la realidad es que a Juan Escalona se lo tragó la tierra. Como en silencio ha tenido que ser, el General probablemente continúa en pijama, en su casa, para que nadie, ni siquiera sus viejos amigos, lo visiten.
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