Eternos problemas demográficos

En cada una de las Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular de los últimos años, el Ministro de Salud de turno expone frente a la Comisión de Salud y Deportes, diferentes aspectos sobre la situación sanitaria nacional. En 2015 el Ministro en funciones, Roberto Morales Ojeda, declaró que “el país está mejor preparado para enfrentar el creciente envejecimiento de la población” y que, efectivamente, “existe un programa prioritario del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) para el perfeccionamiento y la sistematización de las acciones con vistas a tratar el envejecimiento progresivo de la población cubana”. Pese a ello, los problemas demográficos cubanos son tan agudos que, en 57 años de castrismo, más que solucionarse se agravan.

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Envejecimiento en Cuba / Carla Mizzau

Según los expertos, la Isla enfrenta el envejecimiento más dramático en América Latina y el fenómeno se agudiza justamente cuando el gobierno del presidente Raúl Castro trata de llevar adelante un programa de reformas en aras de reactivar la economía. En el período que va del 2011 hasta el 2015 se registra un descenso en términos absolutos de la población, tendencia que parecería continuar en los próximos años. Según el Ministro de Salud Pública Roberto Morales, en 2015 el 19% de la población -más de dos millones de personas- eran mayores de 60 años, una cifra que dobla el promedio regional (9%).

El vicepresidente Marino Murillo, el zar económico de la Isla ante los legisladores, aseguró el mes pasado: “El envejecimiento de la población ya no tiene solución, eso va a ocurrir y no se puede transformar a corto plazo. La sociedad se tiene que preparar para el envejecimiento”.

Cuba tiene la población más vieja de América Latina y está claro que la tendencia va en aumento. Se prevé que para el 2030 los ancianos mayores de 60 años serán unos 3,8 millones, es decir, más de un tercio de la población, que disminuye y envejece debido al bajo índice de natalidad y el alto índice de emigración, entre otros factores.

No sería descabellado asegurar que el problema tiene sus raíces en algunos de los logros más importantes de la revolución encabezada por Fidel Castro. Reconocemos que, como sistema universal de salud, aumentó la esperanza de vida: de 69 años en la década del 1960 a 78 años en la actualidad. Además, debemos recordar que el aborto es legal, y que se estima que al menos la mitad de los embarazos se interrumpen gracias a dicha posibilidad.

La población decrece y envejece a pasos agigantados porque las mujeres no quieren parir. Que no sientan el ánimo de traer al mundo nuevas vidas porque no les es posible adquirir la ropa, el aseo básico, o un simple colchón donde acostar al niño, es algo que va más allá de lo comprensible en una sociedad moderna.

La pregunta que se viene escuchando en las mujeres en plena etapa de fertilidad, es unánime: ¿Cómo salir embarazada con lo cara que está la vida en este país y lo alto que se mantienen los precios?

Pero esto no es todo. Otro aspecto a tomar en cuenta para analizar el decrecimiento de la población es el flujo sin retorno de cubanos hacia el exterior. Datos del Gobierno cubano indican que en el período 2000-2009 el saldo migratorio alcanzó una cifra total de 332.356 personas, esto es, el equivalente a casi tres años de nacimientos. En el período 2010-2015 la cifra de cubanos que “escapan” del país ha crecido exponencialmente: 43.000 cubanos han emigrado de manera ilegal en 2015, un 77 % más en comparación con 2014, según datos del Buró de Censo de Estados Unidos y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (U.S. Immigration and Customs Enforcement, ICE) .

En el año 2013 el gobierno cubano llevó a cabo cambios en su política migratoria, y este giro ha sido aprovechado por las personas para emigrar definitivamente a fin de procurarse unas mejores condiciones de vida. Aun cuando este 2016 anticipa una posibilidad de cambio en la relación Cuba-Estados Unidos, esto no detiene a los cubanos, quienes se trasladan a diferentes partes del mundo -fundamentalmente a Ecuador- para desde allí atravesar varios países y llegar a la frontera mexicana con los Estados Unidos. De seguir así, los índices relacionados al envejecimiento de la población se ubicarían muy por encima de los cálculos ya estimados y podrían desatar una crisis migratoria e incluso humanitaria.

Si bien los mismos problemas de envejecimiento y decrecimiento poblacional se observan en países desarrollados, la situación es completamente distinta puesto que estos fenómenos son el resultado, en primer lugar, del crecimiento económico. En nuestro país sucede todo lo contrario: no existe solución ya que se trata del subdesarrollo, de la falta de oportunidades para el futuro y de la agobiante crisis económica que parece no tener fin. Además, los países desarrollados tienen eventualmente la posibilidad de compensar la falta de crecimiento interno con la inmigración. Esta posibilidad, de más esta decir, es nula en Cuba donde las condiciones de vida no son atractivas ni siquiera para sus propios ciudadanos. La única solución a todos los problemas de la Cuba actual es el cambio radical del sistema económico, político y social que ha generado estos desastres.

En 2016 se celebrará el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba. Si en este encuentro prevalece todavía la intención de actualizar este modelo disfuncional, veremos que el progreso no será posible, que las medidas serán todavía más insuficientes y parciales que hasta ahora, y que los problemas en materia demográfica seguirán acumulándose.

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