“Necesitamos el bicitaxi para sobrevivir, pero ya no se otorgan ni se renuevan licencias”

El bicitaxi, un medio de transporte de tracción humana que constituye un alivio para la población cubana, ha sufrido en los últimos tiempos una arremetida estatal que pone en peligro su permanencia en las calles.

Un recorrido por los barrios y varias entrevistas a algunos choferes de bicitaxi reflejaron una gran cantidad de obstáculos contra este oficio por cuenta propia, autorizado por el gobierno mediante las aperturas económicas conocidas oficialmente como ¨Actualización del modelo socialista¨.

Conductor de bicitaxi / by PIN
Conductor de bicitaxi / by PIN

Carlos, de 60 años y chofer de un bicitaxi, confiesa que la finalidad de estas medidas persigue como único fin acabar con ellos. ¨La totalidad de los bicitaxistas estamos trabajando sin licencia. En estos momentos para sacar la licencia solicitan tantos datos y trámites que nos resulta imposibles umplirlos. Primero exigen un chequeo médico integral, que además de la medición de la vista, exige un análisis de sangre y una radiografía, ¿no sé para qué? Luego tenemos que pasar el curso de conducción como si fuéramos a manejar un auto y los exámenes son fuertes, casi nadie los aprueba. Además, hay que pagar lo mismo que los boteros y los aspirantes particulares. Luego se solicita la licencia en la ONAT, con una tramitación extenuante, y después te dicen que esperes en la casa, pero ninguno de los solicitantes ha recibido respuesta¨.

Papo, de 33 años, que opera en el barrio de Santa fe, dice que también les exigen el troquelado del bicitaxi, hay que realizarlo en Bauta, donde el estado situó el taller que realiza la inscripción del número en el sitio del metal que une las ruedas con el timón, donde hay que llevarlo pedaleando.

¨Tenemos que armar el bicitaxi con nuestros recursos, tapizarlo, comprar las ruedas, la carrocería, cumplir con el troquelado y además pagar el curso de conducción, todo eso antes de sacarle utilidad legalmente, pues ya no se están otorgando licencias. Tampoco renuevan las ya entregadas porque dicen que el proceso por el momento está detenido¨.

Otro bicitaxista que pidió anonimato manifestó: ¨El bicitaxi es un medio de transporte ecológico, no necesita combustible y no contamina la atmósfera. Además le resuelve muchos problemas a la gente. De madrugada o a cualquier hora que nos toquen la puerta estamos listos, lo mismo para llevar un enfermo a un hospital que para trasladar un televisor o una lavadora, hasta camas hemos cargados en los bicitaxis, que resultan más barato que alquilar un auto o un camión, y es más práctico, porque entramos a lugares donde no pueden entrar otros medios de transporte. ¿Cuánto podemos ganar en un día? De día poco, por la noche y de madrugada, en que no hay transporte estatal, es cuando podemos llegar a 130, o 150 pesos ¨.

Ramón, que maneja uno de los primeros bicitaxis que rodaron en La Habana, muestra su licencia vencida desde hace tres años. Reconoce que todos los conductores de este medio están trabajando de manera ilegal. ¨En estos momentos son miles de bicitaxis que están en esta situación. Debemos andar avisados al grito de ¡Galeón! para correr a escondernos. Así le llaman al camión de la policía que da batidas frecuentes contra nosotros, para multarnos y decomisar vehículos, porque dentro viaja un hormiguero de agentes que se dispersan por las calles tras nosotros, recordando las películas de piratas¨.

¨La difícil situación social obliga a mucha gente a armar un cacharro y ponerse a buscarse la vida pedaleando¨, dice Mario de 42 años y chofer de un bicitaxi con reproductora de música, ¨muchos son jóvenes en edad escolar, que dejan la escuela para trabajar, y eso no es bueno. También viene mucha gente del campo a bicitaxear, en estos momentos solo en el municipio Playa puedes contar más de cuatrocientos bicitaxis, todos sin licencia, pero también sin posibilidad de obtenerla, pues ya no se están otorgando. Quieren legalidad, pero no ayudan a que exista. Yo tengo familia y vivo del equipo, si me lo quitan de qué voy a vivir. ¿Tendré que robar? No. Eso no lo voy a hacer jamás, pero ¿y los otros que se ven en la misma situación que yo? ¿Pueden decir lo mismo? Considero que este problema de los bicitaxistas es el termómetro para medir con exactitud el ánimo del estado de ayudar a arreglar las cosas o empeorarlas¨.

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