Debí conocerle en diciembre de 2013, durante una visita que iba a realizar a Cuba, pero alguien decidió que no podía entrar. Podría llevar una vida más tranquila si continuara con su antiguo trabajo de guía turístico en su natal Praga -de la cual no se cansa de contar historias- pero decidió dedicar su tiempo a ayudar a los pueblos latinoamericanos, Además de Cuba conoce Bolivia, y trabajó con los indígenas en México durante algunos meses. En ese país vivió uno de los momentos más difíciles que recuerda, al ser asaltado junto a su esposa a punta de pistola.
Le gusta la cultura latinoamericana, pero en lo particular se preocupa por el futuro de nosotros, los cubanos. A los 15 años quedó marcado por un concierto de los Rolling Stones hasta el punto de que a sus 38 años aún lleva el pelo largo. Es un amante de la libertad, no del libertinaje, por lo que es exigente, puntual y nos hace aprovechar el tiempo al máximo, porque el tiempo no se derrocha.
Se crio en un barrio obrero de su ciudad, y es seguidor de las ideas de Václav Havel; quizás por eso se identifica tanto con lo que pasa en Cuba y pone su empeño en ayudarnos. A cambio solo quisiera poder visitarnos en nuestra tierra. Espero que algún día cercano podamos hacer realidad su sueño y lo tengamos por acá junto a sus dos pequeños hijos.
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