Por ofrecer y promover las peleas de perros, la policía efectuó hace varias semanas un operativo en una vivienda de la calle 42 en el reparto Río Verde del municipio Boyeros. Según algunas fuentes consultadas, arrestaron a dos hombres y a una mujer que cuidaban y entrenaban a los canes. Inmediatamente después, los mismos fueron llevados a la Unidad Provincial de Instrucción Penal de la calle 100 y Aldabo.
Lázaro Mariño Izquierdo, un vecino del citado reparto, manifestaba que en el registro encontraron ocho perros raza Pit bull encerrados en jaulas. El precio de estos animales alcanza en Cuba, actualmente, los trescientos pesos convertibles (CUC), por supuesto, en el mercado informal de la capital.
“Para ver las peleas tenías que pagar dos CUC o su equivalente moneda nacional. Se hacían los sábados por la noche y, casi siempre terminaba con la muerte de algún perro”.
Según Mariño la mayoría de los asistentes eran jóvenes que apostaban dinero en las peleas.
“No sé de donde sacaban la pasta, pero sé que las apuestas eran de 20 CUC para arriba. Ponían música alta para que no se escucharan los aullidos de los perros y los gritos de los asistentes. Vendían comida, bebidas y hasta drogas”.
Otro vecino, Pablo de La Rosa, comentaba que en una ocasión un joven apostó su moto y la perdió.
“La novia del muchacho lloraba a mares, pero la realidad es que nadie lo mando a que apostara su motocicleta. A otro que no tenía dinero para pagar le cayeron a golpes. Fueron a su casa y le llevaron el televisor, refrigerador y toda su ropa. El tipo obviamente no denunció nada porque le dijeron que “se la iban arrancar”, es decir, a matarlo sin escrúpulos”.
El código penal cubano establece multas de hasta cinco mil pesos en moneda nacional o privación de libertad de uno a cinco años para los que se dediquen a explotación de perros o gallos para peleas.
Veremos cómo terminará todo esto. Hasta el momento, se desconoce el posible destino de los animales en pugna.
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