La verdad y el miedo en el Día Nacional del Periodismo Libre

El sábado 22 de octubre se reunieron en Miami unos trescientos periodistas, en su mayoría cubanos, celebrando el Día Nacional del Periodismo Libre en Cuba. Por desgracia, la prensa independiente de nuestro país no conoce la fecha, ni los orígenes y, menos aún, a la gente para la que los independientes trabajan y trabajamos.

Foto: Mario Hechevarría Driggs
Foto: Mario Hechevarría Driggs

Jesús Díaz Martínez, Vicedecano del Colegio Nacional de Periodistas Cubanos en el Exilio, declaró desde Florida al entrevistador Vicente Morín Aguado que “nuestra organización se creó en 1962, en pos de reivindicar un decreto presidencial de 1943, relacionado con Papel Periódico de La Havana -con UVE-, la primera prensa periódica de nuestro país.”

Hurgando en la historia, aquel tabloide, originalmente semanal, quedó muy pronto bajo los auspicios de la Sociedad Económica de Amigos del País. La mencionada publicación -una suerte de periódico mitad oficialista, mitad comunitario- publicaba los decretos gubernamentales a la par que anunciaba pérdidas y hallazgos, compras y ventas e intercambios entre los suscriptores. En un primer momento, la publicación resultó fundamental en la recaudación de fondos para crear la primera biblioteca pública de la Nación, entre otras cosas.

La situación de hoy en día ha cambiado: el veterano colega Jesús, uno de sus actuales colaboradores, asegura que “no reconocemos gobierno alguno en Cuba, es una dictadura. Somos solidarios con los informadores que en nuestra patria enfrentan hoy la represión. Constantemente existe una violación total de derechos humanos fundamentales, universales, la libertad de expresión y de asociación”.

En nuestra sociedad arrecia la represión y no son pocos los ejemplos para probarlo.

Recientemente, algunos jóvenes del proyecto Periodismo de Barrio fueron detenidos cuando se dirigían a Baracoa, intentando reportar la realidad tras el paso devastador del huracán Mathew.

Desde La Habana se denunció, además, la prohibición de viajar a Colombia a otros cuatro periodistas beneficiados con el visado legal e invitados por el Centro de Estudios de Derechos en Bogotá. Las autoridades del Departamento de Seguridad del Estado (DSE) les trasmitieron personalmente la negativa a cada uno de ellos, argumentando que se hacía luego de que participaran en un mitin en apoyo a la candidatura de Donald Trump en el Parque La Normal de La Habana.

Por otro lado, en las provincias de Villa Clara y Holguín hay profesionales de la información ejerciendo en medios estatales y exigiendo su derecho a colaborar en sitios de internet, algo normal y de tendencia natural en cualquier parte del mundo.

Sumado a esto, hace pocas semanas se conoció la sentencia de un tribunal que expulsaba definitivamente de su trabajo al periodista holguinero que publicó las polémicas declaraciones de Karina Marrón -subdirectora de Granma- durante el último Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

El último escándalo relacionado con el oficialismo menciona a Susana Gómez Bugallo, quien esperó 14 días por el “permiso” para un reportaje rutinario en la heladería Coppelia, siendo finalmente burlada por la burocracia.

De visita en Cuba, acompañando la histórica presencia de Obama, John Lee Anderson, de filiación comunista, escribió al respecto: “el reto realmente es para Cuba, no para Estados Unidos. El problema del periodismo del Partido Comunista de Cuba (PCC) es cómo está asumiendo el reto de la modernización y el cambio en relación a los medios de comunicación.”

En La Habana prevalece el miedo, la gente opina pero no da la cara y se rehúsa a identificarse. Casi todos reconocen la valía del periodismo independiente, no se pierden a María Celeste Al Rojo Vivo, pero olvidan el severo apotegma martiano:

“El que vive de la infamia o la codea en paz, es un infame. Abstenerse de ella no basta: se ha de pelear contra ella. Ver en calma un crimen, es cometerlo”.

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