Así es. Lectores y demás simpatizantes del blog Cartas desde Cuba avanzan en su empeño por apoyar a Fernando Ravsberg. El periodista, uruguayo, pero radicado hace 28 años en Cuba, convocó una colecta pública para financiar su proyecto que, en propias palabras, se propone “informar reflejando los colores y matices que existen en Cuba”.
En febrero de este año, cuando fue anunciada la negativa de renovación de sus permisos, se habilitaron cuentas bancarias en Cuba y en el extranjero como los servicios del Banco Metropolitano y las agencias llamadas Crowdfunding. Desde el exterior solamente, se reportaron unos 912 euros al cuarto día. Numerosas personas dejaban, además, constancia pública de sus aportes en el territorio nacional.
Cientos de lectores opinaron favorablemente al reclamo de Ravsberg, quien quedó sin credenciales por parte del Centro de Prensa Internacional (CPI), ente subordinando al Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX). El CPI ha dicho que “fue el medio de prensa para el que estaba acreditado quien tomó la decisión de no reacreditarlo.” Esto último, fue publicado por Diario de Cuba el 15 de junio.
Declaraciones anteriores muestran una presión legal aún mayor para el informador uruguayo, cuando, al cabo de tantos años en Cuba y con familia, la opción que le quedaba según el sitio CubaSí era la de “60 días con otros 30 de prórroga para obtener el permiso de residencia”.
Al solidarizarse con Fernando Ravsberg, el conocido filósofo y crítico Aurelio Alonso, enfatizó:
“pienso que no es posible callar ante este escándalo que pretende un prolongado hostigamiento institucional contra Fernando Ravsberg.” De paso se conoció que el trovador Silvio Rodríguez ofreció las páginas de su blog (Segunda Cita) para eventuales publicaciones del corresponsal extranjero.
Por otra parte, el propio Ravsberg ha denunciado una campaña de hostigamiento en su contra.
“En los últimos 10 años han intentado domesticarme con consejos amables que esconden amenazas, con romperme los dientes, con exigir que me expulsen del país, e incluso con ‘advertencias’ contra mis hijos. Nada les ha funcionado hasta ahora, pero el hecho de sacarme de la prensa extranjera les permite dar el tiro de gracia deseado sobre Cartas desde Cuba”.
El problema de fondo, en realidad, consiste en que, sin credenciales de periodista extranjero acreditado en Cuba, sus privilegios como informador quedan anulados. Se añade, además, el hecho de que un permiso de residencia le valdría para vivir en Cuba, pero sería un estatus legal muy precario en cuanto al desafío cotidiano que significa poner en cuestión las reglas impuestas por el autoritarismo vigente en materia de propaganda política.
El uruguayo bien debió aprender durante casi tres décadas que existe un pacto discreto entre el gobierno y la prensa foránea, evidentemente omitido por él cuando, en los últimos 4 años, ha podido publicar noticias y opiniones que a un cubano le traerían consecuencias represivas graves.
Precisamente un reportero cubano que afronta esto último le comentó no hace tanto a Ravsberg:
“Señor Fernando, yo, Leonardo Mesa, periodista independiente, abogado, profesional de los medios de difusión y aficionado a la fotografía, sufro a diario de limitaciones y más. Para poder trabajar, pienso que a usted le permiten ciertos espacios que a mí no, pero yo me impongo y sigo adelante”.
Cartas desde Cuba comete a diario numerosos pecados y es leído profusamente tanto en Cuba como fuera del país, algo que ni siquiera logró la mundialmente famosa Yoani Sánchez. El blog ha sabido perdurar, y aspira a continuar haciéndolo sin apoyo institucional foráneo. En todo caso, no puede ser considerado –absurdamente- una creación al servicio del imperialismo.
Súmese que da cabida a reflexiones de numerosos intelectuales con prestigio nacional e internacional viviendo en Cuba y hasta trabajando en entidades estatales del país. En este sentido, la burocracia del Partido Comunista de Cuba teme qué pueda desatarse si abundaran más espacios libres para exponer y discutir como Cartas desde Cuba.
No es posible predecir el destino final del comentado portal web. Por el momento, la colecta pública resulta un hecho insólito dentro de lo que es hoy el monopolio informativo, prevaleciente en este museo socialista de los medios cubanos.
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