Apuntes sobre las elecciones

Hace no mucho tiempo, terminaron las elecciones a delegados del Poder Popular en los municipios cubanos. Una vez más, dichas elecciones no resultaron ni competitivas ni participativas, sin que estuvieron, como siempre, condicionadas por una ideología que designa de antemano al candidato a seguir. En Cuba, sin más, es la Constitución misma la que lo establece:

Elecciones en Cuba. Foto: PIN
Elecciones en Cuba. Foto: PIN

“Cuba es un Estado socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como República unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana”. (art. 1º)

La palabra ‘socialista’, de más está decir, excluye otras formas de pensamiento y funcionamiento político. Quizás provenga justamente de ahí la imposibilidad de llevar a cabo los proyectos de la sociedad civil propuestos por los candidatos independientes.

Donato, patólogo en un hospital de La Habana, al preguntarle sobre las recientes elecciones declara:

“¿Son verdaderas elecciones? Te diré, no me interesan. Creo que es el circo más grande de Cuba. El que más gente mueve. Ésta sociedad dejó de interesarme. Actualmente, solo hablo con los muertos. En la mesa de disección sus órganos internos me cuentan cómo fue su vida. Por dónde le dio más duro la marginación, la falta de oportunidades, la libreta de racionamiento eterna, los discursos, las marchas, los desfiles… Por el desgaste de los pies puedo concluir hasta el tipo de zapato que acostumbraba usar el occiso. Los zapatos son los que dicen realmente el nivel de solvencia del individuo en la vida”.

Ana Luisa Gainza trabaja como ayudante de limpieza en una villa de descanso en Guanabo. Tiene mellizos y, aunque apenas sobrepasa los cuarenta, asemeja una persona al borde del retiro. “Me he marchitado tratando de sobrevivir”, dice. “En dos centros de trabajo donde ganaba más, tuve que irme porque los directores querían abusar de mí. Aquí en esta villa me respetan, pero gano muy poco. Si me preguntas mi opinión sobre las elecciones, te digo que ni siquiera conozco a los postulados, porque nisiquiera viven en el barrio. A veces pienso que son como fantasmas y que, sea quien sea el ganador, no va a ayudarme en nada con mi cruz”.

Cucho, de Jaimanitas, está desempleado desde octubre de 2015. En la antigua empresa en la que trabajaba le dijeron que se fuera para la casa y esperara la llamada para la reubicación.

“Pero parece que perdieron mi número, porque jamás me llamaron. Este año por primera vez no fui a ir a votar. Antes siempre iba; siempre votaba por el mismo. Era de Jaimanitas y además era el que siempre salía. Después, cuando vi que no solucionaba nada a través del voto, comencé a anular la boleta. Le hacía un dibujito de un hombre ahorcado en un árbol, cosas así… ¡sí, era yo el gracioso del dibujito! Pero este año ya no fui”.

Entrevistamos también a uno de los delegados electos para una circunscripción del municipio Plaza, Roberto Oliva, militar con varias misiones en el exterior, miembro del partido comunista y delegado por cuatro mandatos consecutivos.

“El voto es el medio por el cual los ciudadanos de cada circunscripción ejercen su derecho a elegir al delegado que luego los representará en las diferentes instancias, hasta llegar a la Asamblea Nacional. El proceso se lleva a cabo en los comicios y estos son, en mi opinión, unos de los más organizados que existen; los electores votan, claro, por quien que cree más capaz. Los delegados como yo, por ejemplo, tenemos un amplio expediente que se corresponde con los principios de la Revolución. Está claro que la opinión popular estima que los delegados no resuelven sus eventuales exigencias, pero es un compromiso con la patria el asistir a los comicios y votar”.

La Constitución que rige hoy en Cuba es la sancionada en 1976, la misma a la que se le han hecho tres modificaciones en 40 años. La primera, en junio de 1978, para cambiar el nombre de Isla de Pinos por Isla de la Juventud. La segunda, en junio de 1992, con dos objetivos: uno, en lo concerniente a los organismos estatales, sus estructuras, atribuciones y funciones directivas; dos, para establecer nuevos mecanismos electorales hacia los diputados de la Asamblea Nacional y los delegados provinciales. La tercera modificación, la última, fue en julio de 2002 para establecer el carácter irrevocable del socialismo. No me queda más que agregar…

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