Editorial – El arte y la censura

RecortePortadajunio2017

Durante mucho tiempo se ha pensado que en Cuba la censura era algo reservado para los opositores al régimen, aquellos que querían derrocar la Revolución, y de cuya influencia había que proteger al pueblo.

Aunque la cultura, y en particular el arte, fueron utilizados como armas de propaganda, en un principio el gobierno intentó ser inclusivo para las distintas tendencias de pensamiento, dando un margen a los intelectuales siempre y cuando no atacaran la esencia de la Revolución. Si se mantenían fieles al Partido, no tenían nada que temer.

Sin embargo, los años han demostrado que la censura es algo que no puede aplicarse en pequeñas dosis, pues es como un cáncer que se come la cultura de un país, sin olvidar a nadie. Su poder destructor es tan grande que afecta a todo el mundo, porque ataca a la esencia de las personas.

Así, en los últimos meses, hemos visto cómo la censura ha atacado de manera más o menos explícita a personajes del mundo de la cultura que no se reconocen a sí mismos como opositores, ni tienen ninguna intención de derrocar la Revolución como tal, sino simplemente muestran sus ideas y opiniones de forma abierta. Hoy en día el gobierno cubano ataca cualquier germen de pensamiento crítico; cualquier posicionamiento artístico que no responda a su idea preconcebida de cómo tiene que ser Cuba, cualquier manifestación cultural que no encaje con sus planes actuales para el país.

El pasado mes de abril, la policía política impidió que la gente asistiese a una proyección del documental Nadie, de Miguel Coyula, donde el poeta Rafael Alcides habla abiertamente de su experiencia como revolucionario y escritor en un sistema que no le permitió tener sus propias opiniones y le condenó al ostracismo. Del mismo modo, otros y otras artistas encuentran hoy su trabajo amenazado por salirse de la norma impuesta; por no utilizar el arte del modo que les dicen que lo usen. Mientras se teme la llegada de un nuevo quinquenio gris, los y las artistas en Cuba siguen luchando por su espacio: parece claro que la esencia del arte no admite censura.

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