Vivir de la suerte

De la mañana a la noche, la noticia más esperada en Cuba son tres números, el primero llamado “fijo”, los otros dos “corridos”, cuyas combinaciones pueden proporcionar un alivio a las penurias permanentes o tal vez cambiar el destino de una persona.

El sorteo viene de Miami, se visualiza dos veces al día por Telemundo, a las 2 PM y a las 8 PM, divulgándose de inmediato a viva voz por las calles. La numeración ganadora suele preguntarse, evitando algún soplón cercano, pidiendo al informante un número telefónico.

Sin embargo, no es el único juego de azar extendido por el país, apostar parece ser la única opción económica de los cubanos, como muchos dicen: De la suerte y de la muerte no hay quien se escape.

En los alrededores del parque conocido como “La Normal”, cercano al estadio de Beisbol Latinoamericano, el mayor del país, hay casas donde puede apostarse a uno de los 16 equipos contendientes en el campeonato nacional, si la suerte acompaña al apostador, al finalizar el juego va por su ganancia.

by CubaRaw
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Viajando por la capital vemos espectáculos muchos más fuertes: lidias de gallos, peleas de perros y hasta lo insólito, boxeo al más puro estilo inglés del siglo XIX: En el municipio de Arrollo Naranjo se organizan peleas entre jóvenes, rodeados de apostadores, cuyo perdedor será quien primero caiga a la arena.

También están los pequeños bateyes campesinos, donde prima el aburrimiento. Por la noche, junto a penurias incomparables con las ciudades, los “guajiros” se juntan en una casa, jugando a los dados o al dominó de 28 fichas, siempre acordando un precio previo por cada partida.

Las peleas de perros, detestables por lo sangriento del duelo, pero cuya popularidad creciente les dio un espacio en una película de gran impacto dentro de la población, Conducta, donde el niño protagonista se dedica a entrenar perros de pelea para ganar dinero.

En los estanquillos se vende el “Horóscopo” con las predicciones de Walter Mercado. Hay “Herraduras de la Suerte”, “Cábalas secretas” con el análisis del “árbol de la vida” que nos enseña cómo encontrar el “numerito ganador” del día, de acuerdo a diversos acontecimientos fortuitos que las personas enfrentan en cada jornada. La gente se compra una libreta en blanco, gastando buena parte del día en esta nueva aritmética.

Nos hemos convertido en un país de “matemáticos”. Cuando hay muy poco que hacer, la suerte viene a sustituir la falta de oportunidades reales. Al menos nos queda un número por soñar y soñar no cuesta nada.

 

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